¿Qué es esto?

El que se ocupe este espacio responde a tres objetivos. El primero de ellos, contar con un sitio desde el cual se puedan dar a conocer las opiniones, las observaciones, las críticas de un grupo de alumnos de la Universidad de Monterrey, quienes, por obligación o gusto, tienen que realizar estos ejercicios dentro de la materia que lleva por nombre Taller de Crítica Cultural.

Segundo, y como si de un boomerang se tratara, una cosa es hacer llegar a otros lo que pienso, dudo, discurro, critico, y otra es someterme al escrutinio del otro, abrirme al diálogo, entrar en la polémica, ser el objeto de la crítica de otros. Enfrentar esta situación, aún así sea a través de estos medios, creemos, ayuda en la formación de quienes serán futuros profesionistas en las áreas social, cultural o humanística.

Y, tercero, es nuestra convicción de que al desarrollo cultural y artístico de esta ciudad le falta el elemento que cohesiona a todo con lo que ya contamos; tenemos teatros, cines, galerías y museos, orquestas, escuelas de arquitectura y diseño, desfiles de modas, premios a lo mejor del cine independiente, estudios de grabación y hasta un canal artificial en el cual concursan los triatletas de todo el país, pero a pesar de todo ello y de haber dado ya el salto al siglo XXI, no tenemos crítica, entendida esta como el comentar, el explicar, el difundir, el debatir, el exponer, de manera pública diversos puntos de vista sobre lo que, precisamente, está sucediendo en la ciudad en estos campos. Así pues, este espacio, estos textos, son nuestra modesta, pero decisiva, aportación al desarrollo del arte y la cultura de esta ciudad.

sábado, 1 de mayo de 2010

Erwin Olaf


Encuentro la fotografía con nombre Hotel Kyoto, cuarto 211 del productor Erwin Olaf un tanto violenta y estresante, sus colores opacos en contraste con el cuerpo semidesnudo, blanco y con apariencia de muñeca, así como la composición de formas en toda la escena (muy geométricas contraponiéndose al cuerpo suave y ondulante) me provocan una sensación de tensión inquietante, agregándole ese rostro inmutable con la mirada directa al espectador, la aleja de vida, la llena de frialdad.

Por dichas razones pareciera que la imagen tratase de materializar la idea del humano como ser pensante colocándole como un objeto caracterizado más por apariencia que por acción, lo que me lleva a pensar en ese ideal griego de cuerpo y sus esculturas, con cuerpos blancos y fríos buscando esa perfección física.

Además, con esa mezcla de 60's en la habitación y lo contemporáneo del personaje, se crea una ambigüedad que considero una realidad generalizada, toda la información que se nos inserta crea y destruye al mismo tiempo culturas, costumbres, ideologías; lo que termina precisamente en imágenes como ésta, sin definición alguna y todo el contenido contradictorio y misterioso. Todo esto es una forma de expresar esta frivolidad ambigua que se vive en un planeta mundializado.



Dalia Vzq.

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