¿Qué es esto?

El que se ocupe este espacio responde a tres objetivos. El primero de ellos, contar con un sitio desde el cual se puedan dar a conocer las opiniones, las observaciones, las críticas de un grupo de alumnos de la Universidad de Monterrey, quienes, por obligación o gusto, tienen que realizar estos ejercicios dentro de la materia que lleva por nombre Taller de Crítica Cultural.

Segundo, y como si de un boomerang se tratara, una cosa es hacer llegar a otros lo que pienso, dudo, discurro, critico, y otra es someterme al escrutinio del otro, abrirme al diálogo, entrar en la polémica, ser el objeto de la crítica de otros. Enfrentar esta situación, aún así sea a través de estos medios, creemos, ayuda en la formación de quienes serán futuros profesionistas en las áreas social, cultural o humanística.

Y, tercero, es nuestra convicción de que al desarrollo cultural y artístico de esta ciudad le falta el elemento que cohesiona a todo con lo que ya contamos; tenemos teatros, cines, galerías y museos, orquestas, escuelas de arquitectura y diseño, desfiles de modas, premios a lo mejor del cine independiente, estudios de grabación y hasta un canal artificial en el cual concursan los triatletas de todo el país, pero a pesar de todo ello y de haber dado ya el salto al siglo XXI, no tenemos crítica, entendida esta como el comentar, el explicar, el difundir, el debatir, el exponer, de manera pública diversos puntos de vista sobre lo que, precisamente, está sucediendo en la ciudad en estos campos. Así pues, este espacio, estos textos, son nuestra modesta, pero decisiva, aportación al desarrollo del arte y la cultura de esta ciudad.

martes, 4 de mayo de 2010

Hirst ¡Como vende!

Ver las cosas fuera de su contexto causa siempre un sentimiento de extrañeza, y no solo las cosas materiales, es algo que sucede también a la hora de hablar. Pues algo así sucede con Hirst y su obra la imposibilidad física de la muerte en la mente de algo vivo. La del tiburón. Se trata de una fórmula bastante simple, recuerdo que lo hacían en mi secundaria en el laboratorio de biología, un frasco de formol y el feto de un animalillo. Y entonces ¿por qué esto no está en un museo de biología? O mejor aun ¿Por qué se vende como arte?

Desde hace algunas décadas sufrimos, o más bien vivimos un desbarajuste de ideas sobre lo que se considera arte. Por allá en los principios del siglo XX, Duchamp, triunfante con sus readymades, se encargó de destruir el frágil concepto de arte tomando artículos de la vida cotidiana y presentándolos de tal modo que perdían su significado utilitario creando así una segunda revisión del objeto, un nuevo pensamiento.

El mismo Hirst denominó obra de arte no a la pieza en sí, si no al acto de venderla por 10 millones de dólares. Si bien el arte ha sido un eterno engañar desde su comienzo, este en particular me hace sentir como si se estuvieran burlando directamente en mi cara.

-Luisa Mariscal Mtz

No hay comentarios:

Publicar un comentario