martes, 18 de mayo de 2010
Annette Messager
El conjunto de instalaciones expuesto por Annette Messager en el Museo Marco fueron adaptadas de manera brillante, ya que estuvieron a la altura de las expectativas impuestas por artistas esta talla. Esto se vuelve evidente en la manera armónica y agradable en las que pueden ser disfrutadas las instalaciones. El museo no se había visto en la necesidad de renovarse a si mismo para hospedar obras tan distintas a las vistas usualmente en este lugar. Esto habla bastante bien del aspecto museistico del Marco, ya que entre otras cosas, tambièn fue bien recibido por los espectadores.
Ya entrando a terrenos interpretativos, podemos decir que la obra de esta artista maneja elementos que pueden ser considerados feministas e infantiles, pero la seriedad con la que maneja estos temas también es observable a primera a vista, lo que crea una impresión distintiva. En cuanto a la fotografía del cuerpo humano, o de los fragmentos del cuerpo humano, vemos que nos recuerda al manejo de la figura como objeto surreal en el que se buscaban expresar elementos que surgían de lo inconsciente. Un ejemplo de esto puede ser la obra del pie, que las mismas arrugas formaban las olas del mar, y que de ellas surgían rostros humanos en collage.
Esto nos lleva a los medios que utilizo, estos no son muy pretenciosos ya que en realidad eran pura pluma y lápiz, cosas que simplemente puedes manipular en la fotografía, al igual que lo escrito en la pared, esto demuestra que la carga creativa se nota no tanto en el objeto, sino en la idea que intenta representar en el momento en el que se esta efectuando a través del espectador.
Podemos ver que la obra de Messager no sitúa su valor en el objeto, sino en el juego que se da cuando el espectador presencia la obra. Esto se vuelve evidente cuando observamos los mismos objetos que utiliza (vestidos, peluches sucios, hilos, redes) lo que desplaza el valor ya mencionado al acto de experimentar la obra.
Para concluir, la gente debe estar preparada para poder leer con mas satisfacción la obra aquí expuesta, aunque esto a decir verdad no es necesario, ya que la obra de Messager se articula a si misma como un juego, y puede ser tomada como tal, pero podría ser muchisimo mas, lo que nos remite a la necesidad de buscar un espectador preparado para sacar de esta obra lo mas posible, cosa que indudablemente se merece.
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