¿Qué es esto?

El que se ocupe este espacio responde a tres objetivos. El primero de ellos, contar con un sitio desde el cual se puedan dar a conocer las opiniones, las observaciones, las críticas de un grupo de alumnos de la Universidad de Monterrey, quienes, por obligación o gusto, tienen que realizar estos ejercicios dentro de la materia que lleva por nombre Taller de Crítica Cultural.

Segundo, y como si de un boomerang se tratara, una cosa es hacer llegar a otros lo que pienso, dudo, discurro, critico, y otra es someterme al escrutinio del otro, abrirme al diálogo, entrar en la polémica, ser el objeto de la crítica de otros. Enfrentar esta situación, aún así sea a través de estos medios, creemos, ayuda en la formación de quienes serán futuros profesionistas en las áreas social, cultural o humanística.

Y, tercero, es nuestra convicción de que al desarrollo cultural y artístico de esta ciudad le falta el elemento que cohesiona a todo con lo que ya contamos; tenemos teatros, cines, galerías y museos, orquestas, escuelas de arquitectura y diseño, desfiles de modas, premios a lo mejor del cine independiente, estudios de grabación y hasta un canal artificial en el cual concursan los triatletas de todo el país, pero a pesar de todo ello y de haber dado ya el salto al siglo XXI, no tenemos crítica, entendida esta como el comentar, el explicar, el difundir, el debatir, el exponer, de manera pública diversos puntos de vista sobre lo que, precisamente, está sucediendo en la ciudad en estos campos. Así pues, este espacio, estos textos, son nuestra modesta, pero decisiva, aportación al desarrollo del arte y la cultura de esta ciudad.

viernes, 26 de febrero de 2010

Una crítica posmodernista

Cuando pensaba en qué escribir para esta entrada, mi dirección iba totalmente a dar una reflexión feminista; otra vez a volver a quejarnos del “machismo”, de esa “visión masculina dominante”, a resaltar del número de ganadores hombres en los Oscares (desde porqué se llaman “Oscar” con nombre de hombre, o porqué la estatuilla tiene cuerpo de hombre, etcétera), el número de presidentes contra el de presidentas, el número de arquitectos hombres contra el número de arquitectos mujeres (ya que ni el término de arquitecta se deja usar a una profesionista), hasta que llegué a cuestionarme sobre el GÉNERO; ¿Sería correcto en estos tiempos Postmodernistas hablar simplemente de 2 géneros, hombre y mujer?


Debo aceptar que me costó dejar mis pensamientos primitivos e ideologías impuestas, para concluir que no podrían existir tan sólo 2 géneros, no ahora, no hoy.

Entonces, la película Zona de Miedo de Kathryn Bigelow, que ha sido galardonada como mejor directora por Boston Society of Film Critics, Chicago Film Critics, Washington D.C. Film Critics Association, Toronto Film Critics Association, Austin Film Critics. New York Film Critics Circle, National Society of Film Critics y nominada a otras más como la Academia y los Oscares. Y cabe preguntarnos ¿fue elegida realmente por mejor directora o por ser mujer? Esta vez, ¿los críticos habrán caído en el “seamos diferentes y votemos por la diversidad: si ya han ganado negros, que gane una mujer”? o ¿por presentar esta “visión femenina” a la que el cine Hollywoodense no está acostumbrada merece un galardón?, y podrían salir muchas preguntas y especulaciones sobre los resultados, pero deberíamos quitarnos esa idea de que “ganó por ser mujer”, “ganó porque ya le tocaba: hombre, hombre, hombre, negro, hombre, mujer, hombre, hombre…” y empezar a pensar en que ganó por ser artista, por su trabajo, y ganó la PERSONA no la “MUJER”. Que los críticos estén equivocados en sus elecciones o no, ese es otro punto.

A lo que voy es que, el arte no está definido por el género mucho menos el sexo, (todo eso ahora es tan relativo) está definido por el entorno, por la cultura, por la arquitectura, por la ciudad, por la globalización, por la contaminación, por el fenómeno del niño, por Felipe Calderón, por tus maestros, por tu mamá, por la Iglesia Católica, por el Dalai Lama, por lo visible, por lo invisible, por tu ayer, por tu hoy, por el futuro, hasta por el charco en tu patio, como decía todo es relativo.

Araceli Solís Ibarra

The Hurt Locker

La película The Hurt Locker (2008) dirigida por Kathryn Bigelow, trata de la situación actual de guerra en Iraq, y está enfocada en un escuadrón anti-bombas.


¿Cuál es la diferencia entre una película de guerra dirigida por una mujer a una dirigida por un hombre? En las típicas películas de Hollywood, uno puede esperar que es lo que va a ver, entre estas cosas encontramos acción, persecuciones, búsquedas, y mucho gore, pero en The Hurt Locker, Bigelow le da una trama un diferente, ya que se enfoca en algo inusual, en este caso el escuadrón anti-bombas. La película no cuenta con muchas escenas de acción o de gore, aun así nos muestra suspenso, nos pone de nervio y nos mantiene interesados en lo que va a pasar después. Entonces, ¿Por no tener acción y gore es una película feminista? Bigelow maneja la guerra de otra perspectiva, se enfoca más en la personalidad y sentimientos de los personajes. Pero volvemos a lo mismo, no por involucrar más los sentimientos y disminuir la acción, tiene que ser una película hecha por una mujer, porqué ¿cuántos hombres no han hecho películas en donde el enfoque de esta sean los sentimientos?

Por otro lado es interesante que Bigelow no se enfoque en una trama lineal, no se ve claro el principio, el clímax y el final de la película, si no que es algo que simplemente va sucediendo y termina justo como empezó. Todo esto hace que la película sea de interés, creo que la gente no se plantea mucho la diferencia entre haber sido hecha por una mujer a un hombre, simplemente como cualquier otra, si les gusto o no.

María Patricia Linage Garza

miércoles, 24 de febrero de 2010

The Hurt Locker


La directora Kathryn Bigelow hace un gran trabajo al transportarnos hacia un parte clave de la guerra, pero que poco es tratada, el desarmamiento de bombas, cuyos efectos pueden ser fatales pero estos hombres hacen lo posible para desarmarlas y salvar a la gente a su alrededor, en la mayoría de las ocasiones.

Lo que me parece interesante es que, mientras pensamos que los soldados tienen que ser fuertes y estar a la altura de la situación, se nos muestra su otra cara, el miedo que sienten los soldados al enfrentarse al significado que le dan a su vida y cómo vivir después o durante la guerra. El filme cuenta con un personaje principal que cautiva por su aparente sangre fría, pero que luego mostrará su lado más humano al encontrarse con la muerte de Beckham, un niño que le vende DVDs y juega futbol con él, lo cual parece algo sin sentido al principio pero que vendrá a desatar fuertes sentimientos y arranques en aquel al que parecía no importarle la vida. En varias ocasiones se nos presenta este encuentro de sentimientos de dureza y empatía que dejan ver un lado tal vez más real de la situación en la que están los soldados en las guerras, sus temores y preocupaciones.

Me parece excepcional que solamente en pequeñas ocasiones salgan actores reconocidos y que se les de la oportunidad a otros de protagonizar esta película que podría parecer y ser del estilo hollywoodense pero con una historia, una trama y un uso de la cámara y los escenarios que la lleva más allá de las guerras heroicas que se nos presentan normalmente.

Andrea Isabel Martínez González

Cine, guerra y género

Kathryn Bigelow (frente), directora de "The Hurt Locker" (fondo)

Por las diferencias de género que tienen lugar en los procesos de socialización, la tendencia a que los intereses masculinos puedan agruparse, del mismo modo que los femeninos se identifican también, nos lleva a pensar que en las diversas manifestaciones culturales existirá una cierta predeterminación temática conforme al género de su autor.

No obstante, en las diversas áreas de manifestación, la mujer ha ido cobrando un lugar más representativo cada vez, alcanzando sitios privilegiados en algunas y muy pobres en otras. En el cine, consultando el registro de ganadores del Oscar por la categoría de "mejor director", uno se encuentra con una larga lista de hombres y la completa ausencia de mujeres galardonadas, desde 1928 hasta el año 2008. Aunque no pretendo establecer los premios de la Academia como los mejores evaluadores del cine, resulta interesante que, en los Premios Goya, las mujeres tampoco han cobrado un lugar muy especial: sólo tres de ellas han sido ganadoras desde 1986 hasta la actualidad.

Parece evidente que, al día de hoy, el trabajo cinematográfico femenino no ha alcanzado mayores reconocimientos. Las cuestiones antes mencionadas, respecto a los intereses comunes a los hombres y aquellos comunes a las mujeres, pueden probablemente darnos una explicación, pero una explicación que ya ha comenzado a perder su vigencia.

Con "The Hurt Locker", filme de la directora estadounidense Kathryn Bigelow, traducido en Latinoamérica como "Zona de miedo", constatamos una manifestación completamente atípica conforme a los estereotipos de creatividad femeninos. La directora ha alcanzado una ruptura que me parece excepcional, y no me refiero a un logro que sugiera que una mujer ha logrado hacer un filme "pensando como hombre", pues no es así en lo más mínimo y tal no habría de ser un logro en sí; sino que manifiesta, precisamente, una visión humana de un grupo de artificieros en zona de guerra, una visión sin género, muy cercana -quizás por el estilo y las tomas- a la percepción real.

Bigelow logró mostrar un lado no femenino sino un poco más real de la guerra. Hemos visto múltiples filmes hollywoodenses donde las situaciones bélicas son cuna de lágrimas, amores con enfermeras, un repensar el sentido de la vida, y demás... y no se trataba precisamente de directores femeninos. A mi parecer, Bigelow no dejó de lado esos temas pero tampoco los explotó al estilo convencional para dar tintes un tanto románticos -si no es ironía decirlo- a la experiencia de la guerra. Más allá de trabajar bajo las condiciones de su género, pienso que su modo fue, en realidad, un intento bien logrado de filmar escenas tan emotivas como pueden serlo y tan neutras como también, a la vez, lo son.

Dalinda Peña Habib

¿La guerra en femenino?

La película “The Hurt Locker” dirigida por Kathryn Bigelow trata de un equipo del ejército estadounidense de Desactivación de Explosivos durante la guerra de Iraq. La película es bien llevaba acabo por la directora, a pesar de que general y culturalmente sea una interpretación algo atípica de parte de una mujer el tratar temas bélicos y “visualmente fuertes”.

En principio no debería ser un denomínate tan abrupto el decir que unos temas son abordados solo por hombres que por mujeres, ha esto me refiero a la guerra, y no queda decir viceversa pues ha sido mas común que el hombre explore temas sensibles y delicados de una manera femenina, si de eso se trata. Culturalmente el género tiende a definir, pero, denominar un arte como “macho” o “femenino”, estilarlo como tal, ¿Hasta que punto es formal?

No puede ser una condición formal el querer definir un tema por género de hombre/mujer, puesto que la susodicha película es clara, si se dice que la mujer tiende a romantizar las situaciones y el hombre a ser más realista, mientras que hay películas (varoniles) que pintan el honor del soldado americano como héroes idealizados que son mártires de la situación y dan la vida por sus compañeros, ¿Cuál es más real, si Bigelow representa a un hombre que alimenta su vivir de la adrenalina de la guerra? El punto de vista de una mujer. Es verdad que la película tiene defectos, gracias y cargas diferentes a cualquier otra película de guerra americana; tampoco es la MEJOR película de guerra producida jamás, pero eso depende de la opinión de más hombres y mujeres, en general. Los temas son generalizados, si, pero no solo por hombres o por mujeres, sino por el conjunto de ambos.

Tania Alejandra Martínez Báez

martes, 23 de febrero de 2010

The Hurt Locker, ¿una visión femenina de la guerra?


Después de ver The Hurt Locker (en español titulada Zona de miedo), dirigida por Kathryn Bigelow, tiene lugar la siguiente reflexión:


Enhorabuena por Bigelow, no todos los días una mujer aborda este tipo de temáticas y de manera tan cuidadosa e interesante. Dicho esto, habría que preguntarse: ¿realmente la visión de una guerra es diferente para hombres y mujeres? Si bien puede ser que cada género la viva diferente, en esta cinta Bigelow nos muestra que la visión del horror de una guerra no distingue género. Primero, Zona de miedo muestra la guerra en Irak a través de un escuadrón anti-bombas. ¡Bravo!. Era hora de abordar temáticas lejos del conflicto directo o de historias épicas de héroes de guerra; volver al soldado del día a día, que no muere para salvar a todo su batallón, sino que cumple con su deber y, en algunos casos, le urge no volver a pisar zona de conflicto. Además, nos regresa a una realidad por muchos olvidada: el mundo se debate en guerras de las que a nosotros no nos llegan más que una que otra noticia (¿cuándo nos habíamos enterado de la existencia de estos escuadrones y de su arriesgada labor?). Y nos la muestra como nos la pudo haber mostrado cualquier otro director hombre: cruda.


Sin buscar demeritar la labor de Bigelow, cabría preguntarse: si no supiésemos que se trata de una mujer director, ¿hablaríamos de una visión femenina? A mi parecer, no. Podría decirse lo contrario porque aborda aspectos de la psicología y el sufrimiento de los soldados en conflicto, o que se toca el corazón al mostrarnos tramas internas como la del niño Beckham, pero ¿qué película de guerra no lo hace?, ¿qué película de guerra no busca recordar, en medio del caos y la destrucción, el olvidado “lado humano” de la misma? Pensar que se abordan temáticas femeninas por tratarse de conflictos que nos permiten entrar en las preocupaciones de los personajes (tener hijos, la pérdida de una amigo, la familia, el propósito de una vida, la destrucción de una sociedad por la guerra, etc.) sería un cliché casi ofensivo para las mujeres; sería decir que las mujeres ven el lado “sentimentalón” de la guerra. Habría que recordar que los conflictos y dilemas de guerra presentados en esta entrega (y en sí de toda guerra) no son femeninos, son humanos.
Emmanuel Godínez Burgos

domingo, 21 de febrero de 2010

Museo ¿crítico?

Creo firmemente en la labor del museo como generador de crítica dentro de una sociedad. El museo no debe ser visto sólo como un espacio de exposición, estos dará como resultado meros espectadores, público que va a “entretenerse” como si fuera al cine o al estadio; por otra parte, un museo crítico, con capacidad de cuestionarse y cuestionar por medio de la museografía y el contenido, da como resultado un público crítico, deseoso de mayores y mejores exposiciones, talleres y ofertas culturales. Con esto no se trata de formar audiencias con un proyecto social común o con un gusto particular, cosa más alejada. Se trata de crear cuestionamientos, no ideologías o proyectos.

Podría pensarse que ya se han dado pasos importantes en dicha materia. De acuerdo. El problema sería ¿cuántos? Los museos chicos, sobre todo en provincia, permanecen en el olvido. Y podríamos abrir un poco más el cuestionamiento y hablar también de otro tipo de empresas culturales que se han vuelto depositarios obsoletos de conocimiento anquilosado o meras bodegas de patrimonio cultural; si pensamos en los museos mexicanos, apuesto a que usted conoce mínimo tres o cuatro que caben en la descripción. Podríamos hablar también de un cierto monopolio del patrimonio, donde algunos museos de la ciudad concentran en sus paredes grandes acervos - o las mejores exposiciones- mientras dejan a los otros en el olvido.

Ideal sería aprovechar este espacio para el diálogo y la pluralidad, y recordar que el museo debe ser revolucionario en el sentido de mantenerse siempre dinámico, crítico e incisivo.

Emmanuel Godínez Burgos

jueves, 18 de febrero de 2010

El museo frente a un arte que se le escapa

Cuando las (no necesariamente) nuevas formas del arte trascienden las capacidades del museo (en su concepción institucional y arquitectónica), este tipo de recinto enfrenta un grave problema.

Tanto los artistas y las nuevas corrientes como la crítica contemporánea se han esforzado por abrirle las puertas a diversas tendencias opuestas a la naturaleza tradicional del arte, pero, ¿cómo puede el museo como institución hacer lo mismo? El dilema parece residir entre si es inminente la necesidad de que los museos se hagan un tanto a un lado para dejar lugar a un concepto completamente nuevo de recinto (cualquiera que sea su índole, real o virtual, tangible o intangible) donde el arte pueda ser difundido, o si lo pertinente es, más bien, una transformación del concepto actual.

Hélio Oiticica*, hace ya varias décadas, hablaba de la práctica de la apropiación de las cosas del mundo que se van cruzando ante nosotros por las calles: terrenos baldíos, campos, el ambiente… cosas que no serían transportables pero en las que él no dudaría en invitar al público a participar. Reconoce que con ello estaría dando un golpe fatal “al concepto de museo, galería de arte, etc., y al mismo concepto de «exhibición»”. Para el artista brasileño “el museo es el mundo: la experiencia diaria”, lo cual me lleva a reflexionar acerca del juego del papel del artista como creador y como ¿dueño? de su obra en tanto que es –relativamente– imposible “privatizar” el mundo o apropiarnos de lo que en lo cotidiano encontremos y decidamos transformar en arte.

¿Cómo delimitar las fronteras del arte? ¿Cómo comunicarlo más allá de los muros de un museo? Si podemos considerar como arte a una infinidad de objetos y eventos que no van con la estructura del museo y que son y/o están fuera de él, tiene necesariamente lugar una descontextualización (y una causal pérdida o deformación de significado) al momento de trasladarlos a –o reproducirlos en– estos sitios. Lo cierto es que esta forma de estructura institucional, que da lugar a mecanismos de poder y de selección artística, genera una nueva cuestión: ¿en qué medida ello ha sido una limitante, y en que medida un beneficio para ofrecer objetos y eventos significativos al público espectador?

La gente va a los museos, eso sí. Al menos a los famosos, va. No es necesario hablar de las filas interminables y las multitudes que los atestan –temporadas más, temporadas menos–. Algo nos dice que, quizás sólo para el artista y para aquel que está inmerso en el mundo de la producción, estos sitios son fronteras limitantes para la creación artística, pero para el público ordinario, hay otro tipo de mensaje, quizás lejano a las intenciones del artista, que sigue haciéndole un sentido y dotando al museo de significados (quizás, en su mayoría, sociales).

Si el museo finalmente se pusiera “del lado de los artistas” y se concibiera una nueva institución, ¿cuánta vigencia podríamos darle a ésta? A mi parecer, no se trata de un único cambio sino de una transformación constante, una resignificación continua de los “contextos” que posibiliten y difundan la actividad artística, de la misma manera que el arte se resignifica incesablemente.

*Oiticica, Hélio, “Position and Program”, Julio 1966. En “How latitudes become forms, art in a global age”, Walker Art Center, Minneapolis, 2003, pp. 322-329 (la traducción es mía).
**Imagen: www.gettyimages.com

Dalinda Peña Habib

El verdadero discurso de los museos


Los museos comienzan como colecciones de la realeza, de arte grecorromano en su mayoría. ¿Qué pasa con el significado de estos conjuntos, del arte, cuando abren las puertas del palacio de Louvre, en época de la Revolución Francesa, para que el pueblo conozca las colecciones reales? ¿Es este acto de democratización tan “real” como sus colecciones? El pueblo de Francia no se identificaba con tales obras, les eran ajenas su modo de vida, a su realidad y es lo mismo que pasa en la actualidad, el pueblo no se identifica con las obras que ve en un museo, es algo que solamente los estudiosos y los mismos productores entienden.


El problema de los museos es la falta de inclusión a TODA la sociedad, la democratización que se buscaba en un principio ni entonces pudo ser cumplida. ¿Qué nos hace pensar que ahora sí se lleva a cabo? Aunque los museos estén abiertos al público y la mayoría tengan un día de entradas gratis, el contenido y el conocimiento, es solamente para el entendimiento de pocos. El museo termina siendo una herramienta más para transmitir el discurso hegemónico de Occidente. El discurso del vencedor y el poderoso, en lugar del discurso del pueblo, a ese al que se le prometió democratización.

Andrea Isabel Martínez González

miércoles, 17 de febrero de 2010

Un museo imaginario


Una de las características representativas de un museo es la identidad que le aporta a cualquier ciudad, le da un valor agregado al estado, un reconocimiento, una difusión y una función muy importante: la educación.

Es un espejo donde refleja la ideología dominante, en algunos museos se encuentra la historia(siempre contada por los que ganan) o la memoria de lo que ha pasado, y se debe de buscar conservarla y transmitirla hacia otros lugares u otras generaciones, asi mismo encontrar una estrategia para actualizarse y buscar nuevas formas de educar.

Vivimos en un mundo globalizado y unas de las principales características es el acceso a nuevas tecnologías y lo mas importante el acceso a la información pero no al conocimiento, es ahí donde el museo en mi parecer debería de tomar el cargo y aprovechar la facilidad que tenemos ahora los jóvenes para obtener cualquier tipo de información y encaminarnos al conocimiento: rápido y divertido. Tambien se debe de complementar tratando de combinar lo histórico, con lo tradicional, junto con experiencias, tecnología, pero no estancarse en eso si no estar en una constante evolución, mezclar lo privado con lo público y que se enriquezca con los aportes de las nuevas generaciones.


Beatriz Adriana Rivas Palacios.

Museo


Las Musas con Apolo, por Baldassarre Peruzzi.

Templo de Musas, históricamente marcado como un edificio al cual le llamaron Museo, en el cual se encontraban las primeras colecciones de arte.

Actualmente hacemos referencia a instituciones públicas o privadas "abiertas a todo el público". Un museo en el cual aveces no se le distingue dentro de la sociedad, ahora mas que en otra época somos una humanidad de tecnología que evoluciona al día, sin embargo nuestros museos se quedan atrás, se estancan y no trascienden. Desgraciadamente los políticos o la gente que maneja nuestra cultura prefiere gastar el dinero en hacer mas museos, en vez de implantarle a los que ya existen para que sea una mejora tanto social y turística, para que nos representen, ya que preservan y narran nuestras memorias como nación, como cultura (como es el caso de los museos regionales de historia). El museo es mas que un medio de entretenimiento, es una institución de conocimiento a donde las personas van a comprender, es una especie de educación.


Francia Perales.

martes, 16 de febrero de 2010

El desnudo en el arte...


Es un INTENTO del artista de relacionar la VIDA REAL con el ARTE.

Por intento me refiero, a la búsqueda incansable, interminable y agotada de tratar de hacer algo.

Por vida real; a lo cotidiano, lo tangible, lo verdadero, lo que existe, a esto.

Y por arte; lo que aún sigo intentando.




Araceli Solís Ibarra

El desnudo en la fotografía artística



El desnudo, al menos en nuestra cultura, católica por excelencia, no necesita de mucha ayuda para ser controversial por sí solito. Antes que nada, al hablar del desnudo en la fotografía artística debemos considerar algunas cosas. La fotografía tiene su propio lenguaje. No se puede juzgar ni leer de la misma forma una pintura que una fotografía ¿Cuál sería el impacto en el espectador común al ver la Venus de Urbino a, supongamos, ver su equivalente fotográfico, una mujer desnuda sobre una cama? Seguramente uno sería considerado arte, por el medio en el que está ejecutado, y el otro muy probablemente porno. Y es que la realidad nos pega de una manera rotunda e irrefutable en la fotografía. Sin embargo es aquí donde se debe hacer una pausa y separar lo que es la vida cotidiana de lo que es la fotografía artística. El desnudo en una fotografía está lejos de ser ese desnudo con el que nos topamos día a día, ya sea en nuestras casas o en anuncios en la calle. Ese que tan sólo se ve, pero no se observa. En la fotografía el artista toma nuestra mirada y la dirige, nos hace detenernos y prestar atención. Es aquí donde los cuerpos se vuelven esculturas, figuras, curvas y líneas. Se vuelve una herramienta.


Esta pequeña anécdota que se encuentra en el artículo Re-Viewing the Nude, de Bostorm y Malik ilustra bien la diferencia entre ver y observar:

En un salón de clases el maestro pide a los alumnos dibujen el cuerpo desnudo de una mujer basándose en la modelo que tienen frente a ellos. La modelo posa y los alumnos empiezan el ejercicio. De pronto la modelo dice “Hay personas mirándome”. El maestro algo confundido tan sólo le da una mirada. Por supuesto que hay personas mirándola, es parte de la actividad. “No” dice ella “hay personas mirándome”. El maestro voltea hacia la puerta y se da cuenta de lo que quiere decir la modelo. Hay personas viendo a través de la ventana fuera del salón.

No es lo mismo una mirada que ve a una que observa. No es lo mismo un desnudo cotidiano a un desnudo artístico.

Luisa María Mariscal Martínez

lunes, 15 de febrero de 2010

Fotografía y desnudo ¿y ahora qué?

Fotografía de Elliott Erwitt

La fusión del arte y el desnudo a través de los años ha venido dando lugar a múltiples y muy diversas formas de representación. De la prehistoria a la posmodernidad, el desnudo en el arte ha pasado rozando más de una vez las líneas de lo místico, como si acercase a lo prohibido, lo íntimo, lo real. En la fotografía pareciera la manifestación de lo único verdaderamente propio, de la vuelta a la naturaleza, al estado primero; un retomar, asimismo, la búsqueda de los cánones de belleza establecidos hace mucho tiempo para el arte occidental.

Pero todo este discurso en torno al desnudo, ¿sigue haciéndonos sentido hoy? No está demás cuestionarnos si éste ha perdido –o al menos visto muy amenazada– su cualidad artística al alcanzar la trivialidad en el sentido en que lo ha hecho en la era contemporánea ¿Qué puede seguir diciéndonos hoy el desnudo, que no sea ya “de dominio popular”?

Pareciera que al día de hoy, el sentido de su uso en la fotografía –y quizás en el arte en general– tendría que evaluarse en la medida en que exista una transición hacia la cuestión puramente formal. Quizá ya se haya exprimido todo lo posible del desnudo en tanto vínculo romántico con la naturaleza; lo único que puede seguir dando un sentido al desnudo en la fotografía contemporánea es el modo en que el artista logre abstraer de él algo más fuerte que el discurso hoy deteriorado.

Dalinda Peña Habib

Desnudo


El tabú considerado dentro de la doctrina, descrito como un despojo de la vestimenta, en épocas pasadas y aún actualmente, visto como un acto pecaminoso y con morbosidad, el desnudo.

Dentro del arte, considerado como una belleza al natural. Una forma de arte al cual se le contempla, en cierta forma se le respeta, existiendo una línea que lo separa de la vida mundana. Es así que el cuerpo humano desnudo, es la forma y la necesidad de expresar, de llegar a transmitir, decir y ver más allá de lo común. Nos puede mostrar belleza, sensualidad, erotismo y elegancia, una especie de sinfonía bien estructurada.

Dentro del mundo antiguo predominaban los artistas masculinos, por tanto plasmaban la belleza femenina con mayor continuidad como una adulación hacia la fertilidad, una búsqueda con nuestro cuerpo.

Francia Perales.

¿Por qué el desnudo en el arte?



El arte nos presenta una faceta distinta de las cosas de la vida cotidiana, aunque en la fotografía veamos parte de la realidad nunca va ser como nosotros la vemos fuera de ahí. El instante captado en una fotografía no puede ser captado por nuestro ojo. El arte logra mostrarnos esta otra cara de la realidad. También cabe recalcar que todos los elementos en una obra están empleados por alguna razón y con la intención de proyectar algo en el espectador. Si vemos al arte desde esta perspectiva podemos decir que el desnudo en el arte es un elemento más para expresar algo, pero en este caso no es cualquier elemento sino el centro de la creación humana. Pero aún así no se puede ver al desnudo en el arte como se le ve en la vida cotidiana, el desnudo en el arte no se ve con pudor como en la vida diaria. Aunque sí representa un vínculo con lo humano y ese es el objetivo del desnudo en el arte: mostrar esa otra realidad que se vincula con el ser humano.

Andrea Isabel Martínez González

viernes, 12 de febrero de 2010

Arte y vida

El desnudo en el arte ante todo es un principio del cual se parte, en pocas palabras es un básico académico: las escuelas enseñan a sus alumnos el dibujo de la figura humana, para saber las proporciones del cuerpo, para ver los músculos y la forma que tienen, y para observar el cuerpo como es en realidad. El cuerpo humano es parte de muchas analogías, y al trabajarlo el artista hace una conexión con lo íntimo, el arte nos ofrece otra opción de ver la vida, lo mismo pasa con el desnudo, cuando se ve un cuerpo desnudo en una pintura, fotografía, escultura, video etc. no estás viendo un cuerpo desnudo con morbo, ni mucho menos se puede criticar en cuanto sus defectos, el desnudo en el arte es muy diferente al desnudo cotidiano, no se pueden mezclar, no van de la mano, asi que no se puede sentir ni hacer nada de lo que se dijo anteriormente, se debe de aprender a separar lo que pasa en la vida cotidiana a lo que sucede en el arte. El desnudo es un tema que los artistas han trabajo desde épocas remotas hasta nuestros días, viendo al cuerpo humano como el centro del universo.



Beatriz Adriana Rivas Palacios

Yo y mi cuerpo



El desnudo es una forma de arte que interesa y cautiva por el simple hecho de mostrar una condición por todos compartida: nuestra corporeidad. Sin embargo, no hay que precipitar analogías entre el desnudo artístico y nuestro (o cualquier otro) cuerpo, o nuestra realidad, cosa aún más lejana.

Para entender y clarificar lo anterior, considero conveniente hacer hincapié en la distinción de la lengua inglesa que señala Kenneth Clark, en su obra El desnudo: un estudio de la forma ideal: naked nos habla de una condición de despojo de la vestimenta, de un cuerpo real, “al natural”, que siente pudor, vergüenza, etc..; nude se refiere al trabajo artístico, a una representación, al cuerpo “re-formado” (usando las palabras de Clark). Son cosas y mundos diferentes.
El desnudo, en el arte, es increíblemente enriquecedor porque plantea al artista el reto de decir algo más a través de un tema o una forma familiar, por todos conocido, y donde todos tenemos un lenguaje común, una voz. Tomando en cuenta esto, el desnudo es, a su vez, una forma de arte que facilita el interés del público, porque podrá ser y significar muchas cosas y despertar en nosotros diversos sentimientos (desde erotismo hasta la más fuerte repulsión), pero nunca nos será indiferente.




Emmanuel Godínez Burgos

martes, 9 de febrero de 2010

Confuso y cuarto contacto


Honestamente, tuve que verla dos veces. No porque fuera una película difícil de entender, nada de eso. Fue más bien porque fue demasiado digerible de ver, como cuando no tienes nada que hacer, prendes la televisión, le das vuelta a la programación para sencillamente matar el aburrimiento en Discovery Channel. La segunda vez que pagué por ver esta película fue porque tenía que hacer esta tarea.

Olvidé analizarla porque me atrajo el gusto de sentirme engañada, de dejarme involucrar. Fue como saber que no existe la magia sin resistirte a entretenerte con los trucos del mago, sorprenderte, dejarte llevar. Hace mucho que no me pasaba eso con el cine, pues cuando empiezas a ver más, buscando lo bueno, el ojo se te va poniendo duro y el cerebro pegado en él como chicle. Piensas en la composición, en la historia, los diálogos, los efectos visuales, en el color, la actuación… la mix media. Le exigimos al cine lo que las demás artes no nos pueden dar.

En esta película no fue necesario pedir más de lo que intencionalmente muestra y esta hecha para. Es obvio decir que noté errores de guión como los ALIAS, nombres que aparentemente cubren la identidad de los afectados pero que son llamados de la misma forma en ambas grabaciones (la real y la ficticia). Aun y con ese error, mantenía una buena narrativa. El ojo es lo que más tenemos adiestrado y de lo que nos fiamos, error para nosotros, claro.

En cuanto a la historia y todo lo que propiamente pedimos del buen cine, no tengo nada que agregar; tampoco de los números y referencias absurdas, todo eso no merece ni ser criticado puesto que, como ya dije, no es la intención del filme.

Tania Martínez Báez

Mucha novedad y nada de nuevo


Me llama la atención cómo una institución de gran valor cultural como lo es MARCO para Nuevo León, se atreva exponer una muestra de desnudos y además, fotografías de desnudos inspirados en pinturas mexicanas de la colección Blaisten; como si tratar el tema del desnudo en la calle con fotografía, sea de gran relevancia en la contemporaneidad. Es un engaño, me parece, erróneamente experimentado por Tunick y malamente exhibido en “nuestro” museo. Si me pregunta ¿Por qué o en qué me consta pensar así? Le responderé que no tengo argumentos claros más que el haber experimentado la compañía de un grupo de estudiantes al visitar la exposición, con maestros de dibujo pidiéndoles apreciar el desnudo y ¡dibujarlo en base a las fotos de Tunick!, ¿En verdad hay un real estudio del desnudo en su serie Citadinos que merezca la pena ser imitado por nuestros estudiantes nuevoleoneses de secundaria? No le encontré el caso el de querer imitar el modelo del desnudo tomado por Tunick, siendo las fotografías bastante llenas de falsedad en técnica como en intensiones.
Lo que si es claro es el intento fallido del artista por enfatizar la posición del desnudo con el entorno pero no sentí que haya logrado tan aclamado diálogo con la capital del país y con la obra pictórica mexicana a la que hace referencia con una cédula. Fue exageradamente escenificado y provocado al andar exponiendo a los participantes en el video pues la exposición se abre a ser más fría, publicitaria y muy vacía.

Si lo único que en verdad me atrofia referente a Citadinos, es lo muy conformista que se puede ser con tal de tener la satisfacción de cumplir con el público al cambiar la lona de estreno, esas grandes que anuncian las exposiciones en el edificio de, repito, “nuestro” museo. Es mucha novedad y nada de nuevo.

Tania Martínez Báez

Pensando en Blaisten, Tunick y MARCO.

Tunick presenta su obra "Citadinos" en la ciudad de Monterrey. Esperada exposición para el “limitado” publico conocedor y la “amplia” masa morbosa que infesta la ciudad, a la que MARCO ha tenido comiendo sobras que caen de museos sin crisis.

Blaisten ¿en qué pensaba, al invitar a un fotógrafo AMERICANO (sin ofender), a rehacer su colección basta y ya expresiva, en fotografías?, ¿pensaba que al poseer obras de Tunick, obtendría algún “crédito” o renombre su colección?, ¿pensaba?

Tunick ¿Que pensaba, al querer imitar el arte mexicano con sus manos, simplemente intentar reproducir arte de una época de oro en el país, en meras fotografías "photoshopeadas"?, ¿En qué pensaba?, ¿pensaba?

MARCO, ¿Qué pensaba el museo, en traer una exposición como esta?, es la única pregunta que podría contestar, pensaba en los artículos publicados por El Norte desde meses previos, en la controversia de una obra así en la “recatada y pudorosa” ciudad, en las filas de visitantes que no vieron en año pasado, en el aumento de ingresos, y todo para salir de la horrorosa CRISIS. Bien MARCO. Tú si piensas, pero no en nosotros.

Empecemos a pensar, no nos vaya a pasar lo de Blaisten y Tunick, y nos empiece a gustar la exposición

Ahora Una De Marcianos (EL CUARTO CONTACTO (2010))

OBJETIVOS:

-Darle al espectador la opción de ELEGIR que creer.

-Mostrar “hechos, grabaciones y vídeos reales”.

-Mostrar imagenes simultáneas del mismo momento.

-Confundirlo con visiones paralelas de lo ocurrido.

-Poner la fe del espectador en la palabras de Milla Jovovich.

-Creer en el director, Olatunde Osunsanmi, que hace la entrevista.

-Querer tener una cita con la Dr. Abigail Tyler; para ver si es cierto o para que te hipnotice.

-Agotar las búsquedas en Internet sobre el tema.

-Aprender lenguaje sumerio.

-Nunca en su vida viajar a Alaska.

-Intentar mínimo un día, dormir con una grabadora encendida.

-Asustarse cada vez que vea a un búho.

-No solo creer que los búhos son brujas, sino marcianos también.

-Ser una más para la colección del estilo E.T. y El Día De La Independencia.

-HACERLE CREER QUE TODO LO QUE VE ES REAL O POR LO MENOS HACERLE DUDAR.

Cuarto Contacto


Revisando la película "Cuarto Contacto", protagonizada por Milla Jovovich se puede constatar que el uso que se da a grabaciones y videos dentro de la película le confieren a ésta un aire de autenticidad que termina por ganarle al espectador. Sin embargo, en una segunda reflexiòn cabría preguntarse: si acaso existiesen este tipo de videos, a los cuales el director y productores fàcilmente tuvieron acceso, y teniendo en cuenta la teoría de la conspiraciòn del FBI ¿no habrìa "desaparecido" cualquier evidencia de lo sucedido?; y en caso contrario, ¿acaso los medios no hubieran hecho un gran alboroto al respecto? El tema de las abducciones, tan poco veraz hoy en día, hubiese dado un giro de 180º de ser reales estos videos.


En una primera (y somera) búsqueda en la red, no se encuentra existencia alguna de la Dra. y demás reparto. Si todo fuese una mentira, podríamos decir que, en ese sentido, el objetivo de la película está bien logrado (objetivo de toda pelìcula en general): hacerle creer al espectador una gran farsa. El uso de "los hechos" engaña por completo al espectador, o por lo menos lo hace dudar. ¿Qué tanta validez le damos hoy en día a los "datos duros", aún cuando estos pueden ser fácilmente creados? Si se pueden crear mundos como los "Avatar", ¿por qué no habrían de poderse crear videos como los mostrados?
Emmanuel Godínez

lunes, 8 de febrero de 2010

Cine e inteligencia no-humana



Con respecto a la manera en la que se expone el contenido en la película 4to Contácto(dos videos al mismo tiempo), no la considero nada nueva, esto se ha visto en cortometrajes y en películas anteriormente. Lo que me llamó más mi atención fue el hecho de que todo lo que se presenta se proclama verdadero, supuestamente basado en hechos reales, pareciera que ya no es suficiente para nosotros los espectador el ir a disfrutar un momento de ficción o mero entretenimiento, sino que esperamos ese "cuarto contacto" con el cine.

Las demandas en cuanto a cuestiones sensoriales van aumentando y este tipo de película es el resultado de eso.



Dalia Vzq.

El Cuarto Contacto [The Fourth Kind]



Con sus puntos rescatables y sus puntos discutibles, la más reciente película estelarizada por Milla Jovovich: "El Cuarto Contacto", se perfila como una pieza bastante buena.
En primer lugar, visualmente hablando, está muy bien lograda. Quizá no es novedosa en las herramientas (toma dual y paralela) pero se trata de un mecanismo muy bien usado y poco visto con estos fines en particular: la misma línea desde el mismo punto de vista pero en percepciones diferente. Quizás caiga mucho en lo abstracto la afirmación, pero a eso se remite: el mismo suceso, desde el mismo ángulo, pero desde dos ojos (el teóricamente original y el revisitado por el director). Técnica bien difundida por Tarantino, pero usada para otros fines. En esta rama, hay que sacar a la luz las cámaras aceleradas y en reversa, que aunque no abundantes, vienen a darle un buen toque al ritmo general de la película. Además de ser buenos detalles visuales que complementen el tono tenso de toda la trama. Toda la película, a la Distrito 9,se engalana con sus buenas interjecciones documentales de la entrevista a la "original" Dra. Tyler, para darle una énfasis de veracidad a los sucesos. O al menos para darnos eso a entender. Y contrario a la primera (Distrito 9) ésta no busca "contextualizarnos", por el contrario, busca que nos la creamos. Y no niego que pueda suceder.Gracias al cielo (y quizás a algún marciano), no recurren a representaciones exactas de seres extraterrestres. Todo en una vista mucho más indirecta y sutil. Porque en este punto es donde la mayoría tropieza y una, quizá, buena pieza, termina como una payasada ridícula.
De la temática podemos encausarnos en dos vertientes: por un lado le creemos al director que lo que nos dice es cierto o (2) no le creemos. Si nos vamos por la primera, está muy bien logrado, porque tanto los testimonios visuales como auditivos vienen a complementar de manera inigualable el matiz suspensivo de la película. Contado todo con un tono oscuramente "real" y cercano. Una sazón que al final nos deja en la boca un sabor de incertidumbre y genuina duda.
Si nos vamos por la segunda, y no le creemos, como quiera funciona. Porque la narrativa (ficcional, porque ya no le creímos) nos da varios personajes, pero ninguno completamente construido (exceptuemos a la pobre y escalofriante Dra. Tyler) para que no nos identifiquemos por completo con ninguno y sin embargo saquemos cosas compatibles con uno y con otro: la familia, la paranoia, la catástrofe y la soledad. Como quiera carece de giros (acordémonos que ya no creemos que esto es real) llamativos y en algún punto la cosa ya se vuelve predecible. La cosa ahora sería preguntarnos: ¿Por qué le creemos? o ¿Por qué nos genera una duda? La respuesta es sencilla y nos muestra cuánto cojeamos de la verdad. Los elementos a los cuales recurre el director son símbolos de veracidad: la entrevista con la persona involucrada, la universidad (acordémonos del logo en la esquina), las pequeñas letritas en cada video y audio con la palabra mágica: "original", la leyenda al final donde, como en toda película "basada en hechos reales", nos dicen qué pasó después con los fulanitos de la escena y finalmente, y como punto de partida para todo: la gran advertencia inicial de la actriz protagonista, donde al colocarse en una postura completamente solidaria con la trama, es decir, salirse del papel y evidenciarse como persona real, como "Milla Jovovich", nos asegura la veracidad de los hechos. Todos estos elementos los tenemos asociados a la verdad, y aún y cuando la cosa se ponga de lo más disparatada, ahí está abajo en la pantalla una cosa que dice: "original". Y cuidado con la duda.
Al final de cuentas, se trata de una película bien lograda (como se dijo al principio). Le hagamos caso o no, es bastante disfrutable. Y este tono realístico-documental le da una nueva sensación de cercanía a un género (me disculpe el cielo por usar esta clasificación, que ya no tiene ni pies ni cabeza... "género") bastante insípido y reciclado. Además de que le da una nueva perspectiva, una nueva forma de contar todo el asunto, que no cae tan fácilmente en el chiste o la broma (Maussán se encargó de ello). Para el terror, tiene ciertos recuerdos visuales a "El Aro" y auditivos de "El Exorcista", pero nada exagerado. Está buena. Y me gustó. Ya sólo queda preguntarnos: "¿Habrá sido un búho?"

domingo, 7 de febrero de 2010

Película: Cuarto contacto

En clase nos encargaron ir a ver la película " El cuarto contacto", me imaginé por el título que se trataría de extraterrestres, pues ese tema hoy en día esta muy de moda.
La forma en la que esta narrada la película, los efectos especiales, aunque creo que Mausán tiene mejores efectos, y como es que abordan nuestra atención desde el inicio, diciendo que esta basada en hechos reales, se me hizo una muy buena estrategia para atraer público.

Los diferentes encuadres que aparecen en algunas escenas, se me hizo muy de los estilos 70's y 80's, llegue a pensar por un momento que estaba viendo un video musical.

Ahora me cuestiono por que el tema de los extraterrestres esta muy de moda, ¿ Cómo es que esos pequeños hombres verdes, esten tomando tanto impacto que provoque en directores, cineastas, productores, etc tomarlos y hacer todo un trabajo que hable de ellos?

Beatriz A. Rivas.

sábado, 6 de febrero de 2010

Exposición Fotográfica


Se presentó en el MARCO la exposición "Citadinos" por Spencer Tunick.
Con este trabajo Tunick trata de representar las obras de la colección de Andrés Blaisten.
En las fotografías observamos como no hay una composición, si no simplemente los cuerpos están ahí muy forzados o sin mucho sentido. Los colores de las mismas están sobre cargados como si se hubiera puesto a jugar con la imagen en photoshop. Creo que el resultado de su obra es una mala representación de la pintura mexicana.

Pensando en que hubiera sido de mucho mas provecho la relación entre el artista y el coleccionista para beneficio de ambos, la exposición nos deja mucho que desear, y aun mas si la comparamos con sus trabajos anteriores, por los cuales es reconocido como sus instalaciones.

http://www.spencertunick.com/

jueves, 4 de febrero de 2010

Cuarto Contacto


Esto de los hechos de la vida real a todos nos puede causar un poco de impacto, por el simple hecho de que si a alguien le paso, me puede pasar a mi. Los videos “originales” son muy impactantes y su calidad y su fecha los hacen parecer reales, esto es esencialmente lo que causa temor en los espectadores, pero la lectura del lenguaje sumerio a medias, las grabaciones de voz al finalizar la película de la gente que ve OVNIS, las alucinaciones de la Dra. Abigail Tyler de la muerte de su esposo y las variadas actuaciones de la Dra. Tyler (¿no eran videos reales?) dejan un poco de cabos sueltos y hacen decae un poco la veracidad de sus argumentos.

En general la película me parece buena, pero no algo extraordinario. Es un tema que ya antes se ha explotado mucho y los recursos de edición también los hemos visto antes en programas de televisión y películas. Aunque a fin de cuentas cumple su cometido de asustarnos y preguntarnos si en verdad existen seres de otro mundo, el problema de la veracidad esta cuando llegamos a casa y lo primero que hacemos es investigar en el Internet si es verdad o no la historia de la Dra. Tyler y lo peor es que resulta todo una farsa y ese miedo o duda de la existencia de inteligencias no humanas se esfuma poco a poco.

Citadinos... ¿del D.F.?


En la exposición de Spencer Tunick “Citadinos” trata de ver a la gente de la Ciudad de México desde las pinturas y esculturas de Arte Mexicano en la Colección Blaisten. Pero.. ¿Qué tanto estas obras representan al “citadino” del D.F.? y ¿Qué tan buena es la interpretación de Tunik? Aunque hay una buena composición en algunas de sus fotografías, como la que de la señora con los dos jarrones o la muchacha con la máscara, no logran representar en primera instancia al mexicano y menos al de la capital y no hacen una buena referencia a la colección de arte mexicano de Blainsten. Aunque las fotografías mencionadas hacen una buena referencia a las pinturas de la colección y su composición es relativamente buena, es el conjunto de todas las demás obras lo que hace insuficiente a la exposición.

El productor termina representando cosas que parecen ser típicamente mexicanas, como el puesto ambulante de jugos o el camión de naranjas. ¿Será que esto es lo que ven los extranjeros como la vida de un citadino, son estos los escenarios que representan a la ciudad y a los mexicanos?

miércoles, 3 de febrero de 2010

Cuarto Contacto

Confesaré que tengo un corazón de pollo para las películas de miedo, nunca tardo mucho en sentirme involucrada y por ende asustada. Pero punto y aparte.
Cuarto contacto. Por lo general las películas que tratan de alienigenas estan condenadas a ser malas, o muy malas, sin embargo algo interesante tiene esta película. La narración visual. Ciertamente es algo que ya se ha visto en muchas otras partes, tanto en películas como en televisión. Por ejemplo la serie 24, donde parten la pantalla para mostrarnos cosas que estan pasando simultáneamente, claro que mientras en la serie lo que uno esta viendo son autos, explosiones y estresantes llamadas a celular, en Cuarto contacto vemos lo que es el 'video real' y las actuaciones, y este botar la vista de un lado a otro, cual partido de tenis, no sólo crea tensión, siembra la duda en el expectedor. "¿Será verdad? ¿será mentira? ¿será la vieja del otro día?"
En cuanto a los aliens, por un momento pensé que si irían con el viejo truco del hombresillo verde y pelón de ojos saltones, pero me alegro que nos hayan dejado cosas a la imaginación alimentada por ruidos sobrehumanos, imagenes a medio mostrar y terrorificas reacciónes de personajes que lo precenciaron personalmente.
Al final si cumple con lo que promete, o al menos no decepciona.

Luisa Mariscal

martes, 2 de febrero de 2010

Spencer Tunick en MARCO


Al visitar en el MARCO la exposición "Citadinos", del fotógrafo norteamericano Spencer Tunick, me pareció estético en varias de las fotografías el manejo de los desnudos en contraste con la ciudad. Considero que algunas de las composiciones son buenas; sin embargo, no encontré en ellas una explicación más allá de la de la privacidad del desnudo -como foco de atención- llevado al escenario púbico.
No encuentro un respaldo auténtico que dé valor a las fotografías de la exposición, y aunque las re-interpretaciones de las obras de la colección Andrés Blaisten son, en general, creativas, cabría preguntarse qué de nuevo intenta decir la foto que no lo haya dicho ya la pintura; el cómo se construye -o no- un discurso al mudarla del lienzo a la impresión, y si éste puede llegar más allá de la estética y del juego de la creatividad o la "ocurrencia" intrascendente.
Por último, considero que el video proyectado en la exposición fue un recurso que se desaprovechó, enfocándose en aspectos sin mayor importancia que caricaturizaban la experiencia de las "sesiones de fotos" de modo superficial, hablando poco o nada de aquello que realmente podía integrar mejor al espectador en una interpretación más profunda de la obra de Tunick.
La exposición deja claro que se necesita algo más que un cuerpo desnudo, una ciudad de fondo y una cámara fotográfica para construir un discurso congruente y un diálogo significativo entre el artista, la obra y el espectador.

Dalinda Peña Habib.

lunes, 1 de febrero de 2010

Citadinos, de Spencer Tunick

Spencer Tunick deja mucho que desear con su exposición Citadinos. El manejo de la fotografía es pobre en sus composiciones, los enfoques a las figuras son malos y la estructura en sí de la mayoría de sus imágenes muestran una plasticidad que ni estética contiene. En cuanto a sus intentos de diálogo con las obras de la colección Blaisten termina peor, pues no supo maniobrar con el recurso fotográfico de buena manera, no hay nada interesante en el juego de significado/fotografía, todo lo pone tal cual según la obra escogida y deja casi un insulto en los originales de dichas "representaciones". Sus propósitos y obras terminan dejando un mal sabor de boca, en especial a los familiarizados con sus trabajos previos.

No considero a Tunick un mal productor, pero es obvio que los motivos monetarios sacan lo peor de cualquier "artista".