Los museos comienzan como colecciones de la realeza, de arte grecorromano en su mayoría. ¿Qué pasa con el significado de estos conjuntos, del arte, cuando abren las puertas del palacio de Louvre, en época de la Revolución Francesa, para que el pueblo conozca las colecciones reales? ¿Es este acto de democratización tan “real” como sus colecciones? El pueblo de Francia no se identificaba con tales obras, les eran ajenas su modo de vida, a su realidad y es lo mismo que pasa en la actualidad, el pueblo no se identifica con las obras que ve en un museo, es algo que solamente los estudiosos y los mismos productores entienden.
El problema de los museos es la falta de inclusión a TODA la sociedad, la democratización que se buscaba en un principio ni entonces pudo ser cumplida. ¿Qué nos hace pensar que ahora sí se lleva a cabo? Aunque los museos estén abiertos al público y la mayoría tengan un día de entradas gratis, el contenido y el conocimiento, es solamente para el entendimiento de pocos. El museo termina siendo una herramienta más para transmitir el discurso hegemónico de Occidente. El discurso del vencedor y el poderoso, en lugar del discurso del pueblo, a ese al que se le prometió democratización.
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