¿Qué es esto?

El que se ocupe este espacio responde a tres objetivos. El primero de ellos, contar con un sitio desde el cual se puedan dar a conocer las opiniones, las observaciones, las críticas de un grupo de alumnos de la Universidad de Monterrey, quienes, por obligación o gusto, tienen que realizar estos ejercicios dentro de la materia que lleva por nombre Taller de Crítica Cultural.

Segundo, y como si de un boomerang se tratara, una cosa es hacer llegar a otros lo que pienso, dudo, discurro, critico, y otra es someterme al escrutinio del otro, abrirme al diálogo, entrar en la polémica, ser el objeto de la crítica de otros. Enfrentar esta situación, aún así sea a través de estos medios, creemos, ayuda en la formación de quienes serán futuros profesionistas en las áreas social, cultural o humanística.

Y, tercero, es nuestra convicción de que al desarrollo cultural y artístico de esta ciudad le falta el elemento que cohesiona a todo con lo que ya contamos; tenemos teatros, cines, galerías y museos, orquestas, escuelas de arquitectura y diseño, desfiles de modas, premios a lo mejor del cine independiente, estudios de grabación y hasta un canal artificial en el cual concursan los triatletas de todo el país, pero a pesar de todo ello y de haber dado ya el salto al siglo XXI, no tenemos crítica, entendida esta como el comentar, el explicar, el difundir, el debatir, el exponer, de manera pública diversos puntos de vista sobre lo que, precisamente, está sucediendo en la ciudad en estos campos. Así pues, este espacio, estos textos, son nuestra modesta, pero decisiva, aportación al desarrollo del arte y la cultura de esta ciudad.

lunes, 26 de abril de 2010

Un hábitat para el Arte

Pienso que el arte, en su sentido más práctico, fuera de su historia, su teoría y su crítica, no es una disciplina que hoy pueda seguir adaptándose a los esquemas de una universidad convencional.

En una región donde el arte está subvalorado, las instituciones educativas suelen reproducir esta posición secundaria del arte, y quienes lo estudian difícilmente logran deshacerse de este lastre ideológico que se contrapone a su vocación.

Los estudiantes de arte buscan así la institución universitaria por su prestigio (aunque en realidad pocos lograrán usarla como verdadera plataforma) y pasan más tiempo llevando cursos "de relleno" que explorando realmente sus potencialidades artísticas y creativas por medio de una iniciativa dinámica, continua y apasionada.

Si se quiere ser un artista y para ello conseguir un título universitario como cualquier otro, ¡grave problema!... El artista necesita dejar de creer ciegamente en el respaldo universitario convencional, que suele estar enfocado a otro tipo de disciplinas; otro tipo de instituciones dirigidas específicamente al arte podrían fomentar muchos mejores artistas y trabajos motivados por algo más que créditos académicos, calificaciones numéricas y un título incongruente con su vocación.

Keith Arnatt, 1972

Dalinda Peña Habib.

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