¿Qué es esto?

El que se ocupe este espacio responde a tres objetivos. El primero de ellos, contar con un sitio desde el cual se puedan dar a conocer las opiniones, las observaciones, las críticas de un grupo de alumnos de la Universidad de Monterrey, quienes, por obligación o gusto, tienen que realizar estos ejercicios dentro de la materia que lleva por nombre Taller de Crítica Cultural.

Segundo, y como si de un boomerang se tratara, una cosa es hacer llegar a otros lo que pienso, dudo, discurro, critico, y otra es someterme al escrutinio del otro, abrirme al diálogo, entrar en la polémica, ser el objeto de la crítica de otros. Enfrentar esta situación, aún así sea a través de estos medios, creemos, ayuda en la formación de quienes serán futuros profesionistas en las áreas social, cultural o humanística.

Y, tercero, es nuestra convicción de que al desarrollo cultural y artístico de esta ciudad le falta el elemento que cohesiona a todo con lo que ya contamos; tenemos teatros, cines, galerías y museos, orquestas, escuelas de arquitectura y diseño, desfiles de modas, premios a lo mejor del cine independiente, estudios de grabación y hasta un canal artificial en el cual concursan los triatletas de todo el país, pero a pesar de todo ello y de haber dado ya el salto al siglo XXI, no tenemos crítica, entendida esta como el comentar, el explicar, el difundir, el debatir, el exponer, de manera pública diversos puntos de vista sobre lo que, precisamente, está sucediendo en la ciudad en estos campos. Así pues, este espacio, estos textos, son nuestra modesta, pero decisiva, aportación al desarrollo del arte y la cultura de esta ciudad.

miércoles, 28 de abril de 2010

Tiburon Hirst


Tan polémico como llamativo es el tiburón de Damien Hirst, Ahora que e visto una fotografía de cómo estuvo expuesto este tiburón me llama la atención como los espectadores se quedan admirados de uno de los depredadores mas temibles del mundo aun al esta estático, pero aun representando esa ferocidad y si ambiente natural, ya que las luces le dan ese azul profundo tipo mar, el tiburón centrado y con la mandíbula abierta como si estuviera apunto de atacarte, con ese instinto mortal aun al final. Lo que me recuerda la insistencia del hombre por representar la naturaleza de forma viva aun sin vida, de ese consumismo artificial por comodidad o simplicidad.

Esta pieza de Hirst me hace pensar en alguna de las piezas de Gabriel Orozco, igual que en mingitorio de Duchamp y las ideas que tenia el pos-modernismo donde la pieza no es lo importante, sino mas bien toda la idea y proceso que hay detrás, ya que la sociedad donde se encuentran es de un constante cambio, empieza a dejar mas libre el camino a las nuevo y se hace mas permisible con las ideas polémicas o excéntricas de los individuos que toman un control de conceptos conocidos pero no muy explorados. El ver algo manejado de esta forma suele acercarte a tus sentidos mas básicos, miedo, risa, asombro, desagrado, repulsión, pero funciona por lo mismo que la sociedad le da difusión y las personas indicadas un renombre que lo convierte en algo consumible y tan grande como para llegar a venderse en 10 millones de dólares solo por una idea y el renombre que tiene, pero esa es la forma que tiene esta nueva sociedad consumista y artificial que solo busca la representación y el renombre aun siendo en algo tan sin imaginación como es un tiburón.

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