¿Qué es esto?

El que se ocupe este espacio responde a tres objetivos. El primero de ellos, contar con un sitio desde el cual se puedan dar a conocer las opiniones, las observaciones, las críticas de un grupo de alumnos de la Universidad de Monterrey, quienes, por obligación o gusto, tienen que realizar estos ejercicios dentro de la materia que lleva por nombre Taller de Crítica Cultural.

Segundo, y como si de un boomerang se tratara, una cosa es hacer llegar a otros lo que pienso, dudo, discurro, critico, y otra es someterme al escrutinio del otro, abrirme al diálogo, entrar en la polémica, ser el objeto de la crítica de otros. Enfrentar esta situación, aún así sea a través de estos medios, creemos, ayuda en la formación de quienes serán futuros profesionistas en las áreas social, cultural o humanística.

Y, tercero, es nuestra convicción de que al desarrollo cultural y artístico de esta ciudad le falta el elemento que cohesiona a todo con lo que ya contamos; tenemos teatros, cines, galerías y museos, orquestas, escuelas de arquitectura y diseño, desfiles de modas, premios a lo mejor del cine independiente, estudios de grabación y hasta un canal artificial en el cual concursan los triatletas de todo el país, pero a pesar de todo ello y de haber dado ya el salto al siglo XXI, no tenemos crítica, entendida esta como el comentar, el explicar, el difundir, el debatir, el exponer, de manera pública diversos puntos de vista sobre lo que, precisamente, está sucediendo en la ciudad en estos campos. Así pues, este espacio, estos textos, son nuestra modesta, pero decisiva, aportación al desarrollo del arte y la cultura de esta ciudad.

lunes, 1 de marzo de 2010

Zona de Miedo [The Hurt Locker]

La película, nominada al Óscar, tiene un sabor bastante amargo y bastante atractivo. Como un buen vino. Antes que nada, debo decir que mi opinión puede estar predispuesta y con inclinaciones: tiene varias nominaciones al Óscar. Entonces, por cualquier lado, es parcial. Pero ¿cuál no? ¿Existe, de verdad, alguna opinión neutra o nula, o libre de tendencias, prejuicios y parcialidades?

En fin, la película, con su amargo sabor, enseña una faceta que nunca había visto antes: los escuadrones anti-bombas dentro del campo de batalla. Porque anti-bombas hemos visto en series y todos lados, pero ahí andan atorados en medio de New York o Los Ángeles desarmando los quehaceres de un psicótico divertido. Aquí no, no nos andamos con eso. The Hurt Locker nos mete a Irak, en medio de la guerra, para que vivamos (y sintamos de a de veras) esa particular tensión del grupo anti-explosivos.

Es una pieza muy bien construida. Y que maneja, como muchas BUENAS películas, un sinfín de temas: la lealtad, la amistad, la obsesión, la tensión, la traición, la confusión, el terror, la aventura, el miedo, la rutina, la lejanía, la cercanía, la necesidad. Y sobre todo la necesidad del otro. La otredad.

Una variedad de temas manejados con cuidado y esmero. Y con muchas cámaras subjetivas para darnos más tensión y filo a nosotros pobres espectadores. Existen subtramas deliciosamente manejadas y que le dan una buena sazón a toda la pieza: ahí tenemos la historia de Beckham, los varados en el desierto, y la necesidad del hijo. Unos buenos argumentos que complementan la historia del sargento William James.

Tampoco es una pieza exquisita. Hubo uno que otro momento donde ya necesitaba que la película se acabara. No porque me tuviera al borde de un infarto por tensión. Sino porque la cosa se volvía tan repetitiva: explosiones, muerte, balazos, explosiones, iraquíes, edificios, explosiones, familias, explosiones, dvd's, explosiones y explosiones. Había momentos donde la cosa agarra una tonalidad muy gris y predictiva. Como quiera no se enlodaron en esas insípidas tierras y supieron salirse del tedio poniendo alguna que otra escena interesante.

Es una película dirigida por una mujer. Que nos da una nueva valoración sobre el trabajo femenino en el área. Jamás habría pensado que una mujer estuviera tras esa visión. Y no es por ser sexista, por el contrario, resulta ser una de las cosas más deliciosas de la película. Entrando más a detalle, no parece ser una visión femenina. Pero eso es porque las mismas mujeres se han dado una imagen (mayoritaria, siempre habrá honrosas minorías) en el séptimo arte mucho menos violento. Y más allá de eso, una imagen completamente alejado de este tipo de dramas bélicos. La complejidad de las relaciones o de las etapas de la vida han sido más abordadas por el sexo. Con todo, Bigelow se lleva los laureles por romper paradigmas. Muy ad-hoc a la época, se cuestiona las imágenes (referencias) de nuestros días y las reevalúa con otra postura. Y cuidado, que ahora las mujeres también saben hablar de guerra. Como una subnota adyacente, me acuerdo de una frase que alguna vez escuché en una discusión con una amiga: "Si las mujeres controlarán el rumbo del mundo, la guerra no sería necesaria". Muy a la par a nuestra antigua impresión. Ahora me queda muy en duda.

Al final nos deja con una perspectiva más fría del valor de la vida y del otro en terreno de guerra. Me acuerdo de Savater y su postura de que en la guerra, la variedad termina y todo se reduce a necesidad inminente. 
Lo más cautivador es la frase con la cierra la película. No, no está propiamente dicha, pero si le pusimos atención al inicio esas palabras quedarán rebotando en la conciencia. "La guerra es una droga".


Rogelio Lozano Bazaldúa

1 comentario:

  1. ¿y cuidado que ahora las mujeres saben hablar de guerra? eso me pareció muy sexista.

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